¿Habéis oído hablar del evangelio perdido de los hebreos? ¿Quién escribió este evangelio? ¿Estuvo alguna vez en el canon? ¿Es quizás la hipotética versión en arameo, que después Mateo tradujo al griego para componer su evangelio? ¿Se conserva algún manuscrito o ejemplar de este evangelio?
Son muchas preguntas, a las que podríamos añadir otra. Si
los cuatro evangelios canónicos están escritos en griego, ¿no podría ser este
evangelio una versión primitiva en la que se basaron los demás?
La investigación es ardua y continúa a día de hoy, sin que los biblistas hayan llegado a respuestas concluyentes.
Qué es
La primera cuestión es: Si este evangelio no está publicado
en ningún sitio, ¿cómo sabemos que existió? Lo sabemos porque muchos
padres de la Iglesia lo citan, entre ellos Orígenes, Clemente de Alejandría y
san Jerónimo. No sólo lo citan, sino que transcriben párrafos y frases enteras
de este evangelio, al que todos llaman evangelio de los hebreos o de los
judíos.
¿Por qué se llama así? Porque estaba escrito en
arameo, la lengua que se hablaba en el antiguo territorio de Israel en tiempos
de Jesús y los apóstoles. Aunque posiblemente usando caracteres hebreos.
¿De qué época es? Del siglo II, por lo menos, ya que
lo utilizaban las comunidades judeocristianas de su época. Por Jerónimo sabemos
que había al menos un ejemplar en la biblioteca de Cesarea del Mar, y que era
el evangelio que empleaban los judíos seguidores de Jesús. Estas comunidades
seguían la espiritualidad de la comunidad de Jerusalén que había dirigido
Santiago, el llamado “hermano del Señor”. Creían en Jesús como Mesías, pero
practicaban fielmente la Ley de Moisés en todos sus preceptos, no sólo el Decálogo
y los mandamientos morales, sino los rituales.
¿Cuál era el contenido de este evangelio?
Prácticamente el mismo que los otros cuatro: se relataba la vida de Jesús: su
nacimiento, llamada y misión, muerte y resurrección. Hacía hincapié en su origen
divino y su relación con el Padre y el Espíritu Santo, un aspecto que estudió
especialmente Orígenes.
¿Por qué no se incluyó en el canon reconocido por las
iglesias? Algunos aspectos del evangelio fueron muy discutidos por los
primeros padres de la Iglesia y al final consideraron que era herético y
judaizante. Cuando se estableció el canon oficial de libros sagrados se excluyó
este evangelio. Con el paso del tiempo, los manuscritos, ya fueran códices o
rollos de papiro, desaparecieron y lo único que se ha conservado son las citas
que los padres hicieron de sus textos.
Aspectos interesantes
Veamos algunos aspectos interesantes (y controvertidos) de
este evangelio, siempre según lo comentan o citan los padres, en especial san
Jerónimo.
El Espíritu Santo es concebido como la sabiduría
divina, en la misma línea del pensamiento sapiencial judío. Como tal, es
femenino. De hecho, la palabra espíritu en hebreo es ruaj, aliento, que
es femenina. El evangelio de los hebreos afirma que Jesús tiene a Dios como
Padre y al Espíritu Santo como Madre. Ella es la que desciende sobre él en el
Jordán y lo llama “hijo amado”; ella lo lleva en volandas hasta el monte Tabor;
incluso se dice que el Espíritu se encarna en María de Nazaret, que concibe al
niño en su vientre y lo lleva en su seno hasta que da a luz.
Este evangelio relata de otra manera el episodio de la mujer
adúltera perdonada por Jesús. Un episodio que, por cierto, no aparece en
todos los códices antiguos del NT. Está ausente en el Códice Vaticano, pero no
en el Sinaítico ni en el Beza, que sí lo incluyen.
También explica que, al resucitar, Jesús se aparece a Santiago,
su hermano, y parte el pan con él, en un gesto eucarístico que lo consagra como
líder de la comunidad en Jerusalén. Por eso este evangelio gozaba de
preferencia entre las comunidades que se mantuvieron fieles a la observancia
estricta de la Ley de Moisés.
Otro matiz interesante es la idea de salvación como
“descanso” o reposo en el Espíritu después de un camino de búsqueda, encuentro,
maravilla y gozo.
Jerónimo, además, afirma haber traducido este evangelio al
griego y, como buen conocedor del texto, constata muchas otras variantes
respecto a los otros evangelios.
Estas variantes no suponen cambios en la doctrina cristiana
fundamental, pero el tema del Espíritu Santo y su relación con María sí fue un
punto de debate, al igual que la relación entre el cristianismo naciente y el
judaísmo. Algunos autores señalan las discrepancias entre este evangelio y las
enseñanzas de Pablo.
Finalmente, y tras la legalización de la religión cristiana
en tiempos de Constantino, y al definir los textos que debían considerarse
autorizados, el evangelio de los hebreos fue descartado y con los siglos cayó
en el olvido.
Algunas citas
San Ireneo en Stromata:
Pues aquello puede equivaler a ésto: El que pide, no cejará hasta que encuentre. Y en encontrando, se llenará de estupor; y en llenándose de estupor, reinará; y en reinando, descansará. (Stromata V, 14)
Orígenes
Y si alguien acepta el Evangelio de los Hebreos, donde el Salvador en persona dice: «Poco ha me tomó mi madre, el Espíritu Santo, por uno de mis cabellos y me llevó al monte sublime del Tabor», se quedará perplejo al considerar cómo puede ser madre de Cristo el Espíritu Santo, engendrado por el Verbo. (In Io. 2,6)
Eusebio de Cesarea
Sobre los ebionitas, que seguían este evangelio y no los
otros:
Éstos [los ebionitas] pensaban que debían ser rechazadas todas las cartas del apóstol [Pablo], llamándole a éste apóstata de la Ley; y utilizando solamente el llamado Evangelio según los Hebreos, hacían poco caso de todos los demás. (Hist. Eccl. III 27)
Sobre la elección de los discípulos:
Él dio a conocer [ya] la causa de la escisión de las almas, cual ha de sobrevenir a los edificios, como hemos podido comprobarlo en un lugar del evangelio que está divulgado entre los judíos, en lengua hebrea, donde se dice: Yo he de escogerme los que me complazcan; los que me da mi padre en el cielo. (Theoph. [siríaca] IV 12)
San Jerónimo
Sobre el amor fraterno:
Como podemos también leer en el Evangelio Hebreo, [donde] el Señor habla a los discípulos diciéndoles: Nunca estéis contentos sino cuando miréis a vuestro hermano con amor. (Comm. III in Eph. 5,4)
Más sobre el Espíritu Santo:
...Pero quien leyere el Cantar de los Cantares y entendiere que el esposo del alma es el Verbo de Dios, y diere crédito al evangelio publicado [bajo el título] según los Hebreos, que recientemente hemos traducido —en el que, refiriéndose a la persona del Salvador, se dice: Hace poco me tomó mi madre, el Espíritu Santo, por uno de mis cabellos—, no tendrá reparo en decir que el Verbo de Dios procede del Espíritu, y que, por tanto, el alma, que es esposa del Verbo, tiene por suegra al Espíritu Santo, cuyo nombre entre los hebreos es de género femenino, RUAH. (Comm. II in Mich. 7,6)
La aparición de Jesús a Santiago:
También el evangelio llamado según los Hebreos, traducido recientemente por mí al griego y al latín, del que Orígenes se sirve con frecuencia, después de la resurrección refiere los siguiente: Mas el Señor, después de haber dado la sábana al criado del sacerdote, se fue hacia Santiago y se le apareció. (Pues es de saber que éste había hecho voto de no comer pan desde aquella hora en que bebió el cáliz del Señor hasta tanto que le fuera dado verle resucitado de entre los muertos). Y poco después: Traed, dijo el Señor, la mesa y el pan. Y a continuación se añade: Tomó un poco de pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio a Santiago el Justo, diciéndole: hermano mío, come tu pan, porque el Hijo del hombre ha resucitado de entre los muertos. (De viris ill. 2)
Sobre el pan de cada día (Padrenuestro):
En el evangelio hebreo según San Mateo se dice: Danos hoy el pan de mañana, esto es, danos hoy el pan que vas a darnos en tu reino. (Tract. in Ps. 135)
Más sobre el amor fraterno:
Y en el evangelio que acostumbraron a leer los nazarenos, según los Hebreos, se cuenta entre los crímenes mayores el haber causado tristeza al alma de su hermano. (Comm. IV in Ez. 18,7)
San Cirilo de Jerusalén
Es un comentario a su versión copta del evangelio de Mateo.
Figura un diálogo entre Cirilo y un monje, que le habla de este evangelio de
los hebreos:
Está escrito en [el evangelio] según los Hebreos que, deseando Cristo venir a la tierra para efectuar la redención, el Buen Padre llamó a una fuerza celestial por nombre Miguel, recomendándole el cuidado de Cristo en esta empresa. Y vino la fuerza al mundo, y se llamaba María, y (Cristo) estuvo siete meses en su seno. Después le dio a luz, y creció en estatura y escogió a los apóstoles [...] fue crucificado y asumido por el Padre.
Cirilo le dice: ¿En qué lugar de los cuatro Evangelios se dice que la santa Virgen María, madre de Dios, es una fuerza?
El monje responde: En el Evangelio de los Hebreos.
¿Entonces, dice Cirilo, son cinco los Evangelios? ¿Cuál es el quinto?
El monje responde: Es el Evangelio que fue escrito para los Hebreos. [...] Cuando ellos le pusieron en cruz, el Padre le asumió hacia sí en los cielos.
En este evangelio, como puede apreciarse, hay aspectos interesantes y otros que suscitaron polémica. En todo caso, es un testimonio de que el cristianismo, ya en los primeros tiempos, era muy plural; había divergencias en la interpretación de las Escrituras y maneras diferentes de entender a Jesús y su mensaje.
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