Los nombres son importantes. Tu nombre no sólo te distingue: es parte de ti.
El nombre te representa como persona. En la Biblia, el
nombre encierra algo de tu carácter, tu origen y tu destino. No hay nombres casuales
en la Biblia. Por eso, cuando un personaje experimenta un cambio radical en su
vida, a menudo cambia también de nombre. Nombre nuevo equivale a persona nueva.
Hoy veremos cierta peculiaridad del códice Beza, que es el
doble nombre para designar a ciertas personas o lugares. En los otros códices
también se da esta dualidad, de manera bastante aleatoria. Pero en el texto del
Beza los cambios no son casuales: responden a una intención clara, y esto es lo
que veremos en el vídeo de hoy.
Cambios de nombres en la Biblia
Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento hay varios personajes que cambian de nombre. Los más conocidos, que todos recordamos, son:
Abram, el primer patriarca, que cambia su nombre por el de Abraham. Abram significaba padre ensalzado; Abraham significa padre de muchos pueblos.
«Y no será más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.» Génesis 17:5 (RVR1960)
«Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre.» Génesis 17:15 (RVR1960)
«Y el varón le dijo:
No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con
Dios y con los hombres, y has vencido.» Génesis 32:28 (RVR1960)
«Aquel día Gedeón fue
llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su
altar.»
Jueces 6:32 (RVR1960)
Hay más personajes con doble nombre, pero en estos
claramente el cambio va ligado a un giro en sus vidas y a su propósito.
Nuevo Testamento
En los evangelios son célebres los cambios de nombre de
algunos apóstoles, a quienes Jesús da un mote que se hará proverbial.
Santiago y Juan, los hermanos Zebedeos, son apodados
«Hijos del Trueno», ya podemos imaginar que debido a su carácter impetuoso,
fanático y a veces violento. Son ellos los que pidieron permiso a Jesús para
invocar fuego del cielo contra los pueblos que no querían recibirlos.
«Después subió al
monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce,
para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen
autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios: […] a Jacobo
hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto
es, Hijos del trueno.»
Marcos 3:13-15, 17
(RVR1960)
Simón, hermano de Andrés y pescador de Betsaida es
llamado Pedro. Quizás por su dureza y testarudez, que podemos constatar en
varios episodios del evangelio. Jesús sabe cómo es Simón, pero aún y así confía
en él. Porque una piedra puede ser dura... pero también es firme y resistente. Pedro
tuvo que pasar su proceso, doblegar su rigidez y sus impulsos violentos y afán
de poder. Lo consiguió con los años y dio su vida, como su Maestro.
«Y le trajo a Jesús. Y
mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas
(que quiere decir, Pedro).» Juan
1:42 (RVR1960)
Saulo, llamado después Pablo. Todos sabemos que el
apóstol de los gentiles era un judío de la diáspora, que también gozaba del
derecho de ser ciudadano romano. El nombre hebreo de Pablo era Saúl, en honor
al primer rey de Israel, de la tribu de Benjamín, la misma tribu a la que Pablo
pertenecía. Su nombre romano era Paulus, o Pablo. Pero no lo adoptó hasta que
inició su primer viaje evangelizador, en Chipre. El libro de los Hechos lo
llama Pablo a partir del capítulo 13. Algunos estudiosos creen que Pablo tal
vez adoptó ese nombre por el gobernador Sergio Paulo, que regía la isla de
Chipre y que se convirtió a la fe en Jesús gracias a la predicación de Pablo y
Bernabé. Otros piensan que ya era ese su nombre romano.
Entonces Saulo, que
también se llama Pablo, lleno de Espíritu Santo, se quedó mirándolo y le
dijo... (Hechos 13, 9).
Cuando cumplieron su
servicio, Bernabé y Saulo se volvieron de Jerusalén, llevándose con ellos a
Juan, por sobrenombre Marcos (Hechos 12, 25).
Bernabé quería llevar
con ellos a Juan, llamado Marcos, pero Pablo opinaba que no debían tomar
consigo al que se había separado de ellos en Panfilia y no les había acompañado
en la obra (Hechos 15, 37-38).
Significado
Abraham |
de grande a padre |
Sara |
de princesa a reina |
Jacob |
de astuto y ambicioso a generoso y conciliador |
Pedro |
de cabeza dura, nacionalista a convertido, abierto |
Saulo |
de perseguidor a apóstol |
Juan y Santiago |
matar / morir |
Marcos |
discrepa / acompaña |
Conclusiones
El cambio de nombre en la Biblia significa un cambio de
rumbo, un renacer de la persona. En palabras de Pablo, se abandona el hombre
viejo para ser un hombre nuevo, revestido de Cristo.
En palabras de Jesús, es un nacer de nuevo, en espíritu y en verdad.