sábado, 21 de diciembre de 2024

La Torá samaritana

Hemos visto que hay diferentes versiones del NT y de la Biblia cristiana. Pero entre las escrituras antiguas de los judíos también había diferentes versiones. Una de ellas era la Torá samaritana.

Vamos a descubrir qué es la Torá o Pentateuco samaritano y veremos cuál es su relevancia para los estudios bíblicos. Es un documento recientemente traducido al inglés que está aportando datos muy interesantes y que podrían resolver algunos pasajes de la Biblia conflictivos o difíciles de interpretar. Los biblistas actuales han dejado de considerarla una versión tardía y adulterada de la Torá para considerarla un documento coherente y de primer orden para comprender el mundo bíblico. El texto samaritano es, junto con los rollos del Mar Muerto, la versión más antigua que tenemos de la Torá o Pentateuco.

Este vídeo se basa en el trabajo publicado de Sharon Sullivan, doctora en Estudios Religiosos por la Universidad de Michigan.

Los samaritanos

Antes que nada, deberíamos conocer mejor a los samaritanos, no sólo como etnia o pueblo, sino como grupo religioso.

Sabemos que el reino de Israel fue conquistado por los asirios en el 722 a.C., parte de su población deportada y el país repoblado por gentes de otros lugares. Esto lo relata 2 Números 17, 24:

Para reemplazar a los israelitas en los poblados de Samaria, el rey de Asiria trajo gente de Babilonia, Cuta, Ava, Jamat y Sefarvayin. Estos tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus poblados. 

Estas gentes, sin embargo, se mezclaron con los israelitas que quedaron en la tierra y decidieron mantener la fe de Israel, adorar a Yahvé y conservar su culto y sus tradiciones. El relato del libro de los Reyes es curioso, explica que el culto al Señor se adoptó por necesidad (el pueblo sufría ataques de leones y querían aplacar a Dios) y acabó mezclándose con la idolatría. Pero el hecho es que los samaritanos, como los judíos, tenían como escritura sagrada la Torá.

Cuando los judíos retornados del exilio de Babilonia quisieron reconstruir el templo de Jerusalén, los samaritanos les brindaron ayuda, pero los judíos los rechazaron como a herejes, pues ellos adoraban a Dios en su monte sagrado, el Garizim.

Esto no hizo más que aumentar la atávica rivalidad y odio entre judíos y samaritanos. La enemistad se acentuó cuando, en los tiempos de los Macabeos, Juan Hircano destruyó el santuario del Garizim en una de sus razias.

En tiempos de Jesús esta aversión continuaba, como lo vemos reflejado en los evangelios. El gran tema de disputa era el lugar donde adorar a Dios. Tal como la samaritana pregunta a Jesús (Juan 4): ¿Hay que adorar al Señor en el templo de Jerusalén o en el monte Garizim?

La verdad sea dicha: en la Torá jamás se habla de Jerusalén. La teología del Templo y la obligación de adorar a Yahvé en un solo santuario se desarrolla junto con la teología real, asociada a la casa de David. Es una cuestión tanto política como religiosa. Los judíos creían que sólo se podía adorar a Dios en el Templo; los samaritanos sostenían que en su monte sagrado, el Garizim, pues así estaba escrito en la Torá. 


Los samaritanos hoy

Los samaritanos hoy son un grupo muy reducido, de unos pocos miles de personas. Viven en varios puntos del estado de Israel y algunos fuera, en otros países. Conservan su fe, su tradición y costumbres desde hace milenios. Guardan el sábado, los rituales de pureza, los tabúes alimentarios. Sacrifican un cordero por Pascua y leen la Torá su única escritura sagrada, en una versión muy antigua. Está escrita en paleohebreo y en un alfabeto arcaico, anterior al hebreo, sin los signos vocálicos que añadieron los masoretas a partir del siglo V. Transmiten sus tradiciones de forma oral, de padres a hijos, y es así como transmiten la pronunciación de las escrituras, que sigue la fonética del antiguo hebreo.

Para los estudiosos esto es una joya viviente. Se necesita ser samaritano o aprender con ellos para saber cómo se pronuncian las palabras en hebreo antiguo. Y esto es lo que hizo SharonSullivan, licenciada en ciencias religiosas por la Universidad de Michigan. Se embarcó en un voluntariado con una comunidad samaritana, fue a vivir con ellos, logró que la acogieran y un anciano rabí, Benjamin Tsedaka, aceptó trabajar con ella para redactar una traducción del Pentateuco Samaritano al inglés. Un trabajo ingente que se publicó, finalmente, en 2013.


Las variantes samaritanas

El hebreo, como el árabe y otras lenguas semíticas, en principio, solo escribe las consonantes. Esto significa que, si dos palabras tienen la misma raíz consonántica, generan ambigüedad en el texto. Normalmente, por el contexto se resuelve, pero no siempre.

Por poner un ejemplo en castellano:

M-R-T        puede ser “marta”, “mirto”, “muerte”, “Marte”, “amarte”, “emirato”...

En hebreo:

A-D-M       puede ser “adamah”, tierra, o “adam”, hombre.

N-P-Sh      “nefesh”, puede significar alma o respirar, vida.

S-F-R         “sofer”, escribir, también puede ser “sefer”, libro, o “sipur”, relato


Para resolver posibles confusiones, los masoretas en el s. V introdujeron unos signos diacríticos para indicar las vocales. La pronunciación masorética es la que siguen las Biblias hebreas hasta el día de hoy, pero lo más posible es que sea algo diferente de la antigua, ya que toda lengua evoluciona.

Y esto es lo que encontramos en la Torá samaritana: algunas variantes en la pronunciación arrojan palabras distintas que en la Torá hebrea, con el consiguiente cambio de sentido de un texto o pasaje.

La Torá samaritana y el texto masorético de las Biblias hebreas presentan al menos 6000 variantes.

Lo curioso es que de estas 6000, en 1900 casos la Torá samaritana coincide con la Septuaginta, la traducción de la biblia al griego, del siglo II a.C. Los estudiosos se han percatado ya de la notable cercanía del texto samaritano con la Biblia de los LXX, algo que no debería extrañarnos, pues esta biblia griega se tradujo a partir de los textos hebreos de su tiempo, y no de los posteriores que utilizaron los masoréticos. También se han encontrado coincidencias con los manuscrito de Qumram.

Es decir, que si queremos estudiar las versiones más antiguas de la Torá, las más próximas a sus perdidos originales, debemos ir a los rollos del Mar Muerto, a la Septuaginta griega y al Pentateuco Samaritano. No podemos marginar estos textos.

Veamos ahora tres ejemplos de variantes entre el texto masorético y la Torá samaritana y cómo las tres llevan a una interpretación bastante diferente del pasaje bíblico.



Deuteronomio 27

Traducción Texto masorético

Traducción Qumram (175 a.C.) =

Torá samaritana

4 Cuando hayas cruzado el Jordán, colocarás esas piedras sobre el monte Ebal y las revocarás con cal, tal como te lo ordeno hoy. 5 Edificarás allí un altar de piedra en honor al Señor tu Dios, pero no con piedras labradas con instrumentos de hierro, sino con piedras enteras, 6 porque el altar del Señor deberá construirse con piedras del campo. Quemarás sobre él ofrendas al Señor tu Dios;

4 [Y entonces, cuando hayáis cruzado] el Jordán, levantaréis [estas piedras, que os entrego] hoy, sobre el monte Garizim, y las recubriréis [con yeso. 5 Y allí, construiréis un altar al Señor vuestro Dios, un altar] de piedras. No [deberéis] tocarlo con (herramientas de) hierro. 6 [Construiréis el altar del Señor vuestro Dios con piedras sin tallar] y ofreceréis sobre él sacrificios quemados al Señor [vuestro Dios].

En la Torá judía tradicional el lugar de culto es el monte Ebal. En la Torá samaritana, pero también en los manuscritos del Qumram, que recogen versiones antiguas de la Torá judía, el lugar de culto era el monte Garizim.

El Ebal y el Garizim son dos montes opuestos, que se miran uno frente a otro, a ambos lados de un valle, junto a Siquem. En Siquem había un antiquísimo templo, que se ha excavado, dedicado a Baal-Berit: el Señor de la Alianza. Era una antigua costumbre que, cuando se leía la ley de Dios, la mitad de los hombres se situaran en la falda de un monte para corear las maldiciones a quien infringiera la ley, y la otra mitad en la falda del otro monte para lanzar las bendiciones a quien cumpliera la ley.

Lo leemos en Josué 8, 30-35, según la versión del texto masorético:

30 Entonces Josué levantó, en el monte Ebal, un altar al Señor, Dios de Israel, 31 tal como Moisés, siervo del Señor, había ordenado a los israelitas. Lo levantó de acuerdo con lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés: un altar de piedras sin labrar, es decir, que no habían sido trabajadas con ninguna herramienta. En él ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión al Señor. 32 Allí, en presencia de los israelitas, Josué escribió en tablas de piedra una copia de la ley que Moisés había escrito. 33 Todos los israelitas, con sus jefes, oficiales y jueces, estaban de pie a ambos lados del arca del pacto, frente a los sacerdotes levitas que la cargaban en hombros. Tanto los israelitas como los inmigrantes tomaron sus posiciones, la mitad de ellos hacia el monte Garizim y la otra mitad hacia el monte Ebal, tal como Moisés, siervo del Señor, había mandado cuando bendijo por primera vez al pueblo de Israel. 34 Luego Josué leyó todas las palabras de la ley, tanto las bendiciones como las maldiciones, según lo que estaba escrito en el libro de la ley. 35 En esta lectura que hizo Josué ante toda la asamblea de los israelitas, incluyendo a las mujeres, a los niños y a los inmigrantes, no se omitió ninguna palabra de lo ordenado por Moisés. 

¿Por qué la versión judía cambia el nombre del monte donde se erige el santuario? Para demostrar que el monte donde rinden culto a Dios los samaritanos, el Garizim, NO es el que Dios eligió, y dejarlos en mal lugar. Podríamos pensar que fueron los samaritanos quienes cambiaron el texto, pero los estudios y hallazgos demuestran que es al revés: las versiones más antiguas de la Torá afirman que el monte elegido fue el Garizim.


Éxodo 24

En este pasaje de difícil interpretación encontramos que la lectura samaritana y la judía son tan diferentes que el significado del texto cambia, y cambia incluso una parte de la historia de Moisés y su esposa, Séfora.

Traducción Torá samaritana

Traducción Texto masorético

24 Y sucedió en una posada por el camino que Yahvé salió a su encuentro para abatirlo.

24 Y sucedió que por el camino, en la posada, Yahvé le salió al encuentro para matarlo.

25 Y Séfora tomó un pedernal y circuncidó su corazón bloqueado [de ella], y se arrojó a sus pies. Y dijo: Ahora, de verdad, eres mi esposo de sangre.

25 Entonces Séfora tomó un pedernal y cortó el prepucio de su hijo arrojándolo a sus pies; y dijo: Ciertamente, un esposo de sangre para mí.

26 Y él la dejó ir. Entonces ella dijo: Un esposo de sangre, para ser circuncidado.

26 Así que él lo dejó. Entonces ella dijo: Un esposo de sangre por la circuncisión.

Los textos originales, tanto el masorético como el samaritano, son iguales. Pero ya sabemos que el hebreo en su origen no tenía vocales. Y encontramos en este texto varias palabras que, según las vocales sean unas u otras, varían de significado. Veámoslas.

La primera es el verbo amit: puede leerse aamito (abatirlo) o hamito (matarlo). Según la Torá samaritana, Dios no quiere matar a Moisés, sino golpearlo, dejarlo fuera de combate, para hacerle parar y ver algo importante.

La segunda es la raíz del sustantivo BN: puede leerse binah (corazón) o benah (hijo).

A continuación sigue un adjetivo, con raíz RL: puede leerse arel (bloqueado, cerrado) o arila (la piel del prepucio). La expresión arel, bloqueado, se relaciona también con los labios cerrados y el corazón ocluido (Ex 6,12-30).

De manera que la Torá samaritana lee que Séfora se rasga con un cuchillo de piedra su corazón bloqueado, mientras que el texto judío lee que Séfora circuncida con un cuchillo el prepucio de su hijo. En el gesto de la Torá samaritana, Séfora reconoce que su corazón está cerrado y no ha abrazado la fe de su esposo, pese a convivir con él. Y esto enlaza bien con lo que sigue.

En el verso 26, la otra variante: con las mismas consonantes, se expresa algo distinto. La Torá samaritana lee: él (Moisés) la dejó ir. Es decir, que la despidió para que volviera a casa de su padre con sus hijos. En el texto masorético leemos: él (Dios) lo dejó, es decir, que dejó a Moisés, perdonándole la vida.

Si seguimos leyendo el Éxodo, veremos que la versión samaritana es más coherente. Moisés llega a Egipto solo, sin su mujer, y no se reencontrará con ella sino más adelante, cuando ya en pleno itinerario por el desierto, su suegro Jetró le salga al encuentro y le traiga a la esposa y a los dos niños. Lo leemos en Éxodo 18, 1-7:

1 Todo lo que Dios había hecho por Moisés y por su pueblo Israel, y la manera como el SEÑOR había sacado a Israel de Egipto, llegó a oídos de Jetró, sacerdote de Madián y suegro de Moisés. 2 Cuando Moisés despidió a Séfora, su esposa, Jetró la recibió a ella 3 y a sus dos hijos. Uno de ellos se llamaba Gerson, porque dijo Moisés: «Soy un extranjero en tierra extraña»; 4 el otro se llamaba Eliezer, porque dijo: «El Dios de mi padre me ayudó y me salvó de la espada del faraón». 5 Jetró fue al desierto para ver a Moisés, que estaba acampando junto a la montaña de Dios. Lo acompañaban la esposa y los hijos de Moisés. 6 Jetró le había avisado: «Yo, tu suegro Jetró, voy a verte. Me acompañan tu esposa y tus dos hijos». 7 Moisés salió al encuentro de su suegro, se inclinó delante de él y lo besó. Después de intercambiar saludos y desearse lo mejor, entraron en la tienda de campaña (Éxodo 18, 1-7).


Números 12, 1

En Números 12, 1, el texto judío indica que Moisés tomó una segunda esposa cusita, o del país de Kush (Etiopía). Pero la palabra original, kashet, también puede tener diferente vocalización y, por tanto, diferente interpretación. 

Traducción Torá samaritana

Traducción texto masorético

Y Mariam y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la hermosa mujer con la que se había casado. Pues se había casado con una mujer hermosa.

Y Miriam y Aaron hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita con la que se había casado. Pues se había casado con una mujer cusita.

Onkelos, el famoso judío converso del siglo I, sobrino del emperador romano Tito, sugiere que el verdadero significado aquí no es la nacionalidad, cusita, sino que significa “hermosa”.

Otro erudito judío medieval, Rashi, sigue la tesis de Onkelos y afirma que se juega con el doble significado: hermosa y cusita. Se hacía para desviar la mala suerte, pues los antiguos creían que nombrar algo demasiado bueno podía atraer el mal de ojo, de esta manera, se utilizaba una palabra despectiva o negativa para “protegerse”.

El texto bíblico nunca habla de la muerte de Séfora. Y la tradición samaritana afirma que Moisés tuvo una sola esposa, Séfora, y que esta era hermosa, por lo cual causaba envidia y murmuraciones entre los israelitas. No sólo porque había mantenido las prácticas religiosas de su tribu, sino porque era una mujer muy bella.


Conclusiones

La Torá samaritana, junto con los rollos del Mar Muerto, es un documento de primer orden para interpretar pasajes difíciles o ambiguos de las sagradas escrituras. Su estudio y comparación con otros textos puede resultar iluminador.

Si alguien está interesado, la versión inglesa de la Torá samaritana está publicada por

Y disponible en Amazon.

Enlaces

Sharon Sullivan:

https://shomron0.tripod.com/articles/interviewsulivan.pdf

https://littlehouseinthebigworld.weebly.com/

Torá samaritana:

https://en.wikipedia.org/wiki/Samaritan_Pentateuch

Samaritan Pentateuch:

https://www.amazon.com/Samaritan-Pentateuch-Reader-Critical-Apparatus/dp/1916854559

En inglés (Eerdmans; First Edition (26 Abril 2013):

https://www.amazon.com/Israelite-Samaritan-Version-Torah-Translation/dp/0802865194

Online:

https://www.stepbible.org/version.jsp?version=SPE

Los modernos samaritanos:

https://fundaciontierrasanta.es/los-ultimos-samaritanos-la-arqueologia-muestra-el-otro-templo-y-el-otro-monte-de-dios 


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