Introducción
La Peshitta es una de las versiones más antiguas que conservamos de la Biblia. Es la primera que conocemos en lengua aramea, la lengua que habló Jesús.
En esta entrada exploraremos qué es la Peshitta: cuándo se escribió,
quiénes pudieron ser sus autores, quiénes la utilizaban y cuál es su
importancia para el estudio bíblico.
El idioma arameo
El arameo era la lengua hablada por Jesús, los apóstoles y
todos los judíos que vivían en el territorio de Israel desde, al menos, el
siglo V a.C. ¿Por qué el arameo, y no el hebreo? Tenemos que hacer un poco de
historia.
El arameo es una lengua semita, de la misma familia que el
hebreo, el árabe y las antiguas lenguas fenicia, cananea y babilonia. Se
hablaba en el reino de Aram, en lo que hoy es Siria. El reino de Aram era rico
y poblado, y pasó a ser parte de los imperios asirio, babilonio, persa y
después fue parte del reino helenista de los seléucidas. Los griegos lo llamaban Syr, y de ahí viene el nombre de Siria. El idioma arameo es lo mismo que
el siríaco.
El antiguo reino de Israel fue conquistado
por Asiria en el 722 a.C. y el reino de Judá por Babilonia en el 586 a.C.
Muchos judíos fueron al destierro, y su territorio fue repoblado por gentes de
otros lugares: mayoritariamente de Aram. Por eso, a partir del siglo VI y V
a.C. el arameo se extendió y acabó siendo la lengua mayoritaria de todo el
Oriente Próximo. Los mismos judíos, al cabo de dos generaciones, acabaron
hablando arameo. Pero conservaron el idioma hebreo en sus Escrituras Sagradas y
en el culto. Con el hebreo sucedió lo mismo que con el latín en la Edad Media:
se mantuvo como lengua culta y litúrgica, mientras que la gente hablaba las
lenguas vernáculas de cada país.
¿Qué lengua hablaban Jesús y los apóstoles? El arameo como
idioma común. Pero Jesús, conocedor de las Escrituras, también leería y
entendería bien el hebreo. Además, el griego era la lengua internacional del
Mediterráneo oriental: muchos lo entendían, lo hablaban o lo chapurreaban. En
Galilea, región muy abierta al mundo gentil, posiblemente todos estaban
familiarizados con el griego. No es descabellado suponer que Jesús lo entendía
y quizás lo hablaba. Al menos sabemos que dos de sus apóstoles sí lo hacían:
Andrés y Felipe (ver Juan 12, 20-21). Cuando unos judíos helenistas (o griegos)
quieren ver a Jesús, se dirigen a ellos porque saben que hablan su idioma. No
es casualidad, tampoco, que estos dos apóstoles lleven nombres griegos: Andrés
(hombre, varón) y Felipe (filipos, amigo de los caballos) son dos
nombres típicamente helenos.
El griego era como el inglés hoy: el idioma culto e
internacional en el Mediterráneo del siglo I. Muchos hispanoamericanos hablan inglés, o al menos lo entienden, e incluso han incorporado palabras inglesas a su vocabulario. También es común dar a los niños nombres ingleses: Jonny, Kevin, Richard, Elizabeth,
Jenny, Jacqueline, son todo nombres anglosajones. Lo mismo sucedía con el griego en tiempos de
Jesús. No era extraño que algunos judíos, sobre todo en zonas de la diáspora o
en contacto con el mundo gentil, llevasen nombres griegos.
Volviendo al arameo, esta era la lengua mayoritaria hablada no sólo en el territorio de Israel, sino en casi todo el Oriente Próximo, hasta Mesopotamia. No debe extrañarnos, pues, que cuando los evangelios comenzaron a difundirse, con la expansión del cristianismo, una de las primeras lenguas a las que se tradujeran fuera el arameo.
Según estudiosos y lingüistas, como Vicente Haya, experto en
arameo, aseguran que traducir los evangelios, originalmente en griego, al
arameo, la lengua de Jesús, debió ser muy fácil e interesante. Los evangelistas
tomaron como material base recopilaciones de dichos y hechos de Jesús, y
seguramente muchos de estos “apuntes” estuvieran en arameo, tal como los
pronunció Jesús. De manera que al traducir el texto griego al arameo, era
lógico adoptar las formas y palabras originales de Jesús. Esto explica las variantes
que presenta la Peshitta respecto de otras versiones antiguas del Nuevo
Testamento. En estas variantes, posiblemente, encontramos la reproducción más
fiel de las palabras literales de Jesús.
El nombre
Peshitta significa “versión simple” o también “versión
común”; es decir, una versión de la Biblia para que el pueblo, la gente común,
pueda leerla.
Su autor
Desconocemos quién fue el traductor de esta Biblia siríaca. Se
suele decir que el obispo Rábula, de Edesa, al sur de Turquía, fue su promotor.
Pero este obispo vivió en el siglo V, cuando la Peshitta ya era ampliamente
utilizada en las comunidades cristianas. Quien le dio este nombre fue el rabino
Moshe bar Kepha, en el siglo IX.
Qué contiene
La Peshitta contiene prácticamente toda la Biblia.
El Antiguo Testamento según la Biblia hebrea, más los libros
deuterocanónicos que incluye la Septuaginta; es decir, que corresponde al Antiguo Testamento cristiano.
El Nuevo Testamento incluye los cuatro evangelios, los
Hechos, las cartas de Pablo, la primera carta de Juan y la primera de Pedro y
la de Santiago. No contiene la segunda carta de Pedro, la segunda y tercera de
Juan, la de Judas y tampoco el Apocalipsis.
Cuándo se tradujo
En el siglo II. Por tanto, es un documento de muchísimo
interés, porque del Antiguo Testamento, traducido directamente del hebreo, es la
versión más antigua que conservamos, después de la Septuaginta (en griego, del
siglo III a.C.) y de los rollos del Mar Muerto. La versión de la Biblia hebrea
que conocemos hoy es el texto masorético, de época medieval.
El Nuevo Testamento se tradujo de textos griegos muy
antiguos, posiblemente las primeras versiones que circularon de los evangelios,
los Hechos y las cartas. El texto del Códice Beza, por cierto, concuerda con estas
versiones siríacas más antiguas.
Importancia e interés
Por tanto, el interés de la Peshitta estriba en que traduce
versiones muy antiguas, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento; las más
próximas que conocemos a sus textos originales.
Un dato curioso: cuando se publicó la versión siríaca más
antigua de los evangelios, las citas del Antiguo Testamento no se tomaron de la
Septuaginta, como era habitual en la versión griega de los evangelios, sino de
la Peshitta.
En cuanto a su estilo literario, los estudiosos han
detectado variedad: esto significa que el texto se debe a varios autores y a
diferentes épocas. Como tantos escritos antiguos, la Peshitta es una obra que
se fue elaborando con el paso del tiempo y completando gracias al trabajo de diversos
escribas y traductores.
La Peshitta hoy
La Peshitta es la versión de la Biblia utilizada por muchas
iglesias orientales, hasta la India, y ha sido la base para las traducciones de
la Biblia a idiomas como el árabe, el armenio y el malabar.
En castellano existe una edición de la Peshitta, traducida
en Hermosillo, México, y publicada por Broadman & Holman Publishing Group
en Nashville, Tennessee, USA en 2007. Es la única, a día de hoy, y ha recibido
una buena acogida por parte del mundo académico, los teólogos y los seminarios
cristianos.
NT Peshitta online.
Conferencia sobre la Peshita en la Facultad de Teología de Valencia.
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