Es un tema que despierta mucho interés y curiosidad. ¿Tuvo Jesús hermanos? ¿Quiénes eran y cómo se llamaban? ¿Qué podemos saber de ellos?
En esta exposición me basaré puramente en lo que dicen los evangelios y
los escritos del Nuevo Testamento, así como en la tradición más antigua que
recoge Eusebio de Cesarea, el primer historiador de la Iglesia, en el siglo IV.
. . .
Hay que observar que, en a principios del siglo IV la
iglesia no se había dividido en confesiones como hoy: no se habían
producido el cisma de Occidente ni la Revolución protestante. Sí había disputas
teológicas, pero se dirimían en los concilios, procurando buscar el consenso.
Lo cual nos indica que en la Iglesia ya había una gran variedad de
grupos y maneras de entender el mensaje de Jesús.
Tampoco el papado de Roma, como hoy lo conocemos,
estaba consolidado. En aquella época la autoridad en la Iglesia la tenían los
obispos, y había muchos. Las principales diócesis y las que gozaban de más peso
y autoridad eran las de Roma, Alejandría, Bizancio o Constantinopla y
Jerusalén. Pero había otras ciudades importantes, como Éfeso, Cesarea del Mar,
Antioquía y Damasco. Los obispos se reunían en concilios para dirimir
cuestiones doctrinales y referentes al funcionamiento de las iglesias. En estos
concilios se decidía, a menudo qué hacer con los que proponían doctrinas desviadas
del evangelio, los llamados herejes, y sus seguidores. También se establecían
las verdades que había que transmitir.
A partir del siglo IV, con el emperador Constantino,
la Iglesia tuvo que hacer un esfuerzo por unificar su doctrina y sus escritos
canónicos. Constantino, aclaremos, no impuso el cristianismo en el Imperio, lo
que hizo fue legalizar la religión cristiana, con lo cual se acabaron las
persecuciones. No fue hasta el reinado de Teodosio cuando el
cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio, y esto conllevó,
lógicamente, un enorme cambio.
En este contexto, el obispo Eusebio de Cesarea se
propuso redactar una historia de la Iglesia desde sus orígenes, basándose en
todas las fuentes escritas de las que pudo disponer, y también en las
tradiciones que se conservaban en las diversas iglesias. Es la primera historia
eclesiástica que tenemos, y la única, de manera que tenemos que fiarnos de
Eusebio en lo que cuenta. De todos modos, hay que decir que el obispo Eusebio
era crítico con las fuentes. No sólo explica lo que ha aprendido de ellas, sino
que valora su fiabilidad y a veces la pone en cuestión, sobre todo si una
fuente se contradice con otras. En este sentido, podemos decir que era un
historiador muy esmerado y riguroso para su tiempo.
Pues bien, sobre la base del Nuevo Testamento y la
tradición más antigua de la Iglesia, recogida por Eusebio, ¿qué podemos decir
de los hermanos de Jesús?
Para este artículo me baso en la obra de Armand Puig, teólogo y biblista muy destacado, cuyo libro sobre la vida de Jesús es una de las obras más rigurosas de investigación que se han publicado en los últimos tiempos. Jesús; una biografía. Publicado por Destino.
¿Quiénes eran?
La primera fuente que tenemos son los evangelios: los tres
sinópticos y Juan nos hablan de María, la madre, y de los hermanos de Jesús.
También los Hechos. Incluso nos dan sus nombres.
Citas en los evangelios
Marcos 6, 3: ¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas entre nosotros?
Mateo 13, 55: ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y no están todas sus hermanas entre nosotros?
Los varones llevan nombres clásicos judíos: Santiago, José,
Judá y Simeón.
Los nombres de las hermanas no constan, pero sí aparecen en
el apócrifo Historia de José el Carpintero: según este escrito, sus hermanas se llamaban
Asia y Lidia.
Tensiones de Jesús con sus familiares
Lo que sí sabemos es que la familia de Jesús no estaba con
él cuando inició su predicación y su vida pública. No creían en él, se
escandalizaban, querían volverlo al redil y fueron a buscarlo al menos en dos
ocasiones. Lo leemos en las siguientes citas.
Marcos 3, 21: Sus parientes, al enterarse, fueron a hacerse cargo de él, pues pensaban que estaba fuera de sí.
Mateo 12, 45-49: Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con él. Alguien le dijo: ¡Oye! Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que desean hablarte. Pero él respondió al que se lo decía: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: Estos son mi madre y mis hermanos, pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre de los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Juan 7, 2-5: Al acercarse la fiesta judía de las Tiendas, le dijeron sus hermanos: Sal de aquí y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces, pues nadie actúa en secreto cuando quiere ser conocido. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo. Es que ni siquiera sus hermanos creían en él.
Tras la resurrección
Esta postura escéptica de los parientes de Jesús cambia tras
la resurrección de Jesús. María y los hermanos de Jesús pasan a formar parte de
la comunidad de Jerusalén, como leemos en Hechos 1, 12-14:
Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista de Jerusalén el equivalente a un paseo permitido en sábado. Cuando llegaron, subieron a la estancia superior, donde vivían. Eran Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Zelota y Judas de Santiago. Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, de María la madre de Jesús y de sus hermanos.
Santiago, «el hermano del Señor», se convertirá en líder de
esta comunidad. No debe confundirse con Santiago Zebedeo, el hermano de Juan y
pescador, ni con Santiago el Menor hijo de Alfeo, que formaban parte de los
Doce.
¿Quién llama a Santiago «hermano del Señor»? San Pablo en
sus cartas:
Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre, ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco. Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días; pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Santiago el hermano del Señor. En esto que os escribo, he aquí delante de Dios que no miento (Gálatas 1, 15-20).
y reconociendo la gracia que me había sido dada, Santiago, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión (Gálatas 2, 1-10).
Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Santiago, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión (Gálatas 2, 11-21).
¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? (1 Cor 9, 5-6)
Después apareció a Santiago; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí (1 Cor 15, 3-8)
En estas citas Pablo constata la autoridad y reconocimiento
de Santiago como líder de una comunidad y hermano de Jesús.
Santiago murió lapidado en el año 62 por instigación
del sumo sacerdote Anán. Lo hizo contra la voluntad de los fariseos, que lo
respetaban. Muchos de ellos se convirtieron a la fe en Jesús sin abandonar la
práctica de la Ley de Moisés (como se decidió en el llamado concilio de
Jerusalén, Hechos 15, 5). Eusebio relata su muerte con todo detalle en Historia
2, 23.
Otros historiadores de la época hablan de Santiago: Flavio
Josefo lo considera un judío observante y piadoso (Ant. 20, 200) y Hegesipo
lo llama Santiago el Justo (Historia Eclesiástica 4, 22, 4). Eusebio
recoge su testimonio en su Historia (2, 23). Otros autores que recogen esta
cita son Orígenes (Contra Celso 1, 47) y Clemente:
Estas cosas sucedieron a los judíos como retribución por
Jacobo el Justo, que era hermano de Jesús llamado el Cristo, porque los judíos
lo mataron pese a su gran justicia.
Hegesipo también habla de otros parientes de Jesús: Judas
y Simeón, hijo de Cleofás, que sucedió a Santiago en la comunidad de
Jerusalén. Cleofás era hermano de Jose y, por tanto, tío de Jesús. De modo que
Simeón era primo de Jesús y de Santiago.
En resumen: basándonos solo en los escritos del Nuevo
Testamento y en los primeros padres de la Iglesia, hay acuerdo en afirmar que Santiago
era hermano de Jesús, y no era el único. Los nombres de Judas y Simeón,
coincidentes con los evangelios, también se mencionan.
El problema
El problema estriba en que, si Jesús tuvo otros hermanos,
¿dónde queda el dogma de la virginidad de María? Si Jesús nació por obra y
gracia del Espíritu Santo, ¿cómo es que tenía hermanos?
Vamos a exponer las distintas opciones que han ofrecido los
biblistas y estudiosos.
Cuatro posibilidades
Jesús el mayor de siete hermanos
Los hermanos de Jesús son hermanos biológicos y reales,
hijos de José y de María. Tienen siete hijos: Jesús, los cuatro varones y dos
mujeres. Jesús es el primogénito y hermano mayor.
Primos de Jesús
Los hermanos son primos de Jesús. La palabra para decir hermano
en hebreo también significa pariente. José sólo es padre legal, no biológico de
Jesús; María es su madre biológica. Jesús es hijo único.
Hermanastros
José es el padre de todos. Padre biológico de cinco hijos de
un primer matrimonio, del que enviuda. Padre legal de Jesús, hijo de María.
Jesús es hijo único y el menor de la familia.
Medio hermanos
José y María son padres de los siete. María es la madre
natural de Jesús, pero José es su padre legal, no biológico. Después de nacer
Jesús, María y José tienen otros hijos. Jesús es el mayor.
Hijo de María
Cuando Jesús inicia la vida pública, a Jesús se le llama
hijo de María (Marcos 6, 3) porque seguramente José ha muerto ya. Pero la
expresión “hijo de María” señala el carácter singular de Jesús como hijo único
de María al lado de los otros, que son hijos de José. José tiene varios hijos;
María uno solo. Jesús sería el hijo único de María.
Valoración de cada hipótesis
Hipótesis |
En contra |
A favor |
Todos son hijos
biológicos de José y María. |
Mateo y Lucas: Jesús es
sólo hijo de María. José no la “conoce” hasta después de nacer Jesús. Tradición cristiana
primitiva. |
Gnósticos del s. II y
III, ilustrados y racionalistas: Jesús es hijo del semen humano de José. |
Los hermanos son
parientes |
Lengua griega: término propio
para hermanos, no primos. Jerónimo elaboró su
tesis contra Helvidio. Hegesipo distingue entre
Santiago el hermano del Señor y Simeón el primo del Señor (Hist. Ecl.
4,22,4). |
Lengua hebrea: hermano =
pariente. San Jerónimo: José es
más un guardián que un marido. Toda la Edad Media acoge
su autoridad. Lo siguen Beda, Aquino,
Lutero y Calvino. |
Hijos de un matrimonio
anterior de José, que es viudo cuando se une a María. |
|
“Adelfós” puede
significar hermano o medio hermano. Orígenes, Clemente de
Alejandría, Eusebio y Epifanio. Protoevangelio de
Santiago. Narraciones de Tomás. Evangelio de Pedro. Hª de José el
carpintero. |
Jesús, sólo hijo de
María. Los demás, nacen después, hijos de José y María. |
Controversia de
Helvidio. Mateo sólo dice que José no conoció a María hasta el nacimiento de
Jesús... Silencio sobre qué sucede después. [Versión de los Testigos de Jehová y otros grupos
protestantes] |
Tertuliano. La humanidad
de Jesús frente a Marción. |
La tercera hipótesis no fuerza los textos del NT y respeta la tradición cristiana.
Conclusiones
¿Dónde está la verdad? ¿De qué manera afecta a nuestra fe creer una cosa u otra? Tanto si Jesús tuvo hermanos de sangre como si no, esto no afecta en nada a nuestra fe cristiana. Lo más importante, la persona de Jesús, su vida, sus obras y su mensaje, no quedan en absoluto alterados por el hecho de que tuviera o no hermanos carnales. Tampoco queda alterado el valor de su madre María, como mujer que engendró, crió y educó al Hijo de Dios. Jesús, hoy, nos sigue llamando a todos a ser sus hermanos, hijos del Padre del cielo, y a construir el reino de Dios en esta tierra.
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