Hemos visto que hay diferentes versiones del NT y de la Biblia cristiana. Pero entre las escrituras antiguas de los judíos también había diferentes versiones. Una de ellas era la Torá samaritana.
Vamos a descubrir qué es la Torá o Pentateuco samaritano y veremos cuál es su relevancia para los
estudios bíblicos. Es un documento recientemente traducido al inglés que está
aportando datos muy interesantes y que podrían resolver algunos pasajes de la
Biblia conflictivos o difíciles de interpretar. Los biblistas actuales han
dejado de considerarla una versión tardía y adulterada de la Torá para
considerarla un documento coherente y de primer orden para comprender el mundo
bíblico. El texto samaritano es, junto con los rollos del Mar Muerto, la versión
más antigua que tenemos de la Torá o Pentateuco.
Este vídeo se basa en el trabajo publicado de Sharon
Sullivan, doctora en Estudios Religiosos por la Universidad de Michigan.
Los samaritanos
Antes que nada, deberíamos conocer mejor a los samaritanos,
no sólo como etnia o pueblo, sino como grupo religioso.
Sabemos que el reino de Israel fue conquistado por los
asirios en el 722 a.C., parte de su población deportada y el país repoblado por
gentes de otros lugares. Esto lo relata 2 Números 17, 24:
Para reemplazar a los israelitas en los poblados de Samaria, el rey de Asiria trajo gente de Babilonia, Cuta, Ava, Jamat y Sefarvayin. Estos tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus poblados.
Estas gentes, sin embargo, se mezclaron con los israelitas
que quedaron en la tierra y decidieron mantener la fe de Israel, adorar a Yahvé
y conservar su culto y sus tradiciones. El relato del libro de los Reyes es
curioso, explica que el culto al Señor se adoptó por necesidad (el pueblo sufría ataques de leones y querían aplacar a Dios) y acabó
mezclándose con la idolatría. Pero el hecho es que los samaritanos, como los
judíos, tenían como escritura sagrada la Torá.
Cuando los judíos retornados del exilio de Babilonia
quisieron reconstruir el templo de Jerusalén, los samaritanos les brindaron
ayuda, pero los judíos los rechazaron como a herejes, pues ellos adoraban a
Dios en su monte sagrado, el Garizim.
Esto no hizo más que aumentar la atávica rivalidad y odio
entre judíos y samaritanos. La enemistad se acentuó cuando, en los tiempos de
los Macabeos, Juan Hircano destruyó el santuario del Garizim en una de sus
razias.
En tiempos de Jesús esta aversión continuaba, como lo vemos
reflejado en los evangelios. El gran tema de disputa era el lugar donde adorar
a Dios. Tal como la samaritana pregunta a Jesús (Juan 4): ¿Hay que adorar al
Señor en el templo de Jerusalén o en el monte Garizim?
La verdad sea dicha: en la Torá jamás se habla de Jerusalén.
La teología del Templo y la obligación de adorar a Yahvé en un solo santuario
se desarrolla junto con la teología real, asociada a la casa de David. Es una
cuestión tanto política como religiosa. Los judíos creían que sólo se podía
adorar a Dios en el Templo; los samaritanos sostenían que en su monte sagrado,
el Garizim, pues así estaba escrito en la Torá.
Los samaritanos hoy
Los samaritanos hoy son un grupo muy reducido, de unos pocos
miles de personas. Viven en varios puntos del estado de Israel y algunos fuera, en otros
países. Conservan su fe, su tradición y costumbres desde hace milenios. Guardan
el sábado, los rituales de pureza, los tabúes alimentarios. Sacrifican un
cordero por Pascua y leen la Torá su única escritura sagrada, en una versión
muy antigua. Está escrita en paleohebreo y en un alfabeto arcaico, anterior al
hebreo, sin los signos vocálicos que añadieron los masoretas a partir del
siglo V. Transmiten sus tradiciones de forma oral, de padres a hijos, y es así
como transmiten la pronunciación de las escrituras, que sigue la fonética del
antiguo hebreo.
Para los estudiosos esto es una joya
viviente. Se necesita ser samaritano o aprender con ellos para saber cómo se
pronuncian las palabras en hebreo antiguo. Y esto es lo que hizo SharonSullivan, licenciada en ciencias religiosas por la Universidad de Michigan. Se
embarcó en un voluntariado con una comunidad samaritana, fue a vivir con ellos,
logró que la acogieran y un anciano rabí, Benjamin Tsedaka, aceptó trabajar con
ella para redactar una traducción del Pentateuco Samaritano al inglés. Un
trabajo ingente que se publicó, finalmente, en 2013.
Las variantes samaritanas
El hebreo, como el árabe y otras lenguas semíticas, en
principio, solo escribe las consonantes. Esto significa que, si dos palabras
tienen la misma raíz consonántica, generan ambigüedad en el texto. Normalmente,
por el contexto se resuelve, pero no siempre.
Por poner un ejemplo en castellano:
M-R-T puede ser
“marta”, “mirto”, “muerte”, “Marte”, “amarte”, “emirato”...
En hebreo:
A-D-M puede ser “adamah”,
tierra, o “adam”, hombre.
N-P-Sh “nefesh”, puede
significar alma o respirar, vida.
S-F-R “sofer”,
escribir, también puede ser “sefer”, libro, o “sipur”, relato
Para resolver posibles confusiones, los masoretas en el s. V
introdujeron unos signos diacríticos para indicar las vocales. La pronunciación
masorética es la que siguen las Biblias hebreas hasta el día de hoy, pero lo
más posible es que sea algo diferente de la antigua, ya que toda lengua
evoluciona.
Y esto es lo que encontramos en la Torá samaritana: algunas
variantes en la pronunciación arrojan palabras distintas que en la Torá hebrea,
con el consiguiente cambio de sentido de un texto o pasaje.
La Torá samaritana y el texto masorético de las Biblias
hebreas presentan al menos 6000 variantes.
Lo curioso es que de estas 6000, en 1900 casos la Torá
samaritana coincide con la Septuaginta, la traducción de la biblia al griego,
del siglo II a.C. Los estudiosos se han percatado ya de la notable cercanía del
texto samaritano con la Biblia de los LXX, algo que no debería extrañarnos,
pues esta biblia griega se tradujo a partir de los textos hebreos de su tiempo,
y no de los posteriores que utilizaron los masoréticos. También se han
encontrado coincidencias con los manuscrito de Qumram.
Es decir, que si queremos estudiar las versiones más
antiguas de la Torá, las más próximas a sus perdidos originales, debemos ir a
los rollos del Mar Muerto, a la Septuaginta griega y al Pentateuco Samaritano.
No podemos marginar estos textos.
Veamos ahora tres ejemplos de variantes entre el texto masorético y la Torá samaritana y cómo las tres llevan a una interpretación bastante diferente del pasaje bíblico.
Deuteronomio 27
Traducción Texto masorético |
Traducción Qumram (175 a.C.) = Torá samaritana |
4 Cuando hayas cruzado el
Jordán, colocarás esas piedras sobre el monte Ebal y las revocarás con
cal, tal como te lo ordeno hoy. 5 Edificarás allí un altar de piedra en
honor al Señor tu Dios, pero no con piedras labradas con instrumentos de
hierro, sino con piedras enteras, 6 porque
el altar del Señor deberá
construirse con piedras del campo. Quemarás sobre él
ofrendas al Señor tu Dios; |
4 [Y entonces, cuando hayáis
cruzado] el Jordán, levantaréis [estas piedras, que os entrego] hoy, sobre el
monte Garizim, y las recubriréis [con yeso. 5 Y allí, construiréis un
altar al Señor vuestro Dios, un altar] de piedras. No [deberéis] tocarlo con
(herramientas de) hierro. 6 [Construiréis el altar del Señor vuestro Dios con
piedras sin tallar] y ofreceréis sobre él sacrificios quemados al Señor
[vuestro Dios]. |
En la Torá judía tradicional el lugar de culto es el monte
Ebal. En la Torá samaritana, pero también en los manuscritos del Qumram, que
recogen versiones antiguas de la Torá judía, el lugar de culto era el monte
Garizim.
El Ebal y el Garizim son dos montes opuestos, que se miran
uno frente a otro, a ambos lados de un valle, junto a Siquem. En Siquem había
un antiquísimo templo, que se ha excavado, dedicado a Baal-Berit: el Señor de
la Alianza. Era una antigua costumbre que, cuando se leía la ley de Dios, la
mitad de los hombres se situaran en la falda de un monte para corear las
maldiciones a quien infringiera la ley, y la otra mitad en la falda del otro
monte para lanzar las bendiciones a quien cumpliera la ley.
Lo leemos en Josué 8, 30-35, según la versión del texto masorético:
30 Entonces Josué levantó, en el monte Ebal, un altar al Señor, Dios de Israel, 31 tal como Moisés, siervo del Señor, había ordenado a los israelitas. Lo levantó de acuerdo con lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés: un altar de piedras sin labrar, es decir, que no habían sido trabajadas con ninguna herramienta. En él ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión al Señor. 32 Allí, en presencia de los israelitas, Josué escribió en tablas de piedra una copia de la ley que Moisés había escrito. 33 Todos los israelitas, con sus jefes, oficiales y jueces, estaban de pie a ambos lados del arca del pacto, frente a los sacerdotes levitas que la cargaban en hombros. Tanto los israelitas como los inmigrantes tomaron sus posiciones, la mitad de ellos hacia el monte Garizim y la otra mitad hacia el monte Ebal, tal como Moisés, siervo del Señor, había mandado cuando bendijo por primera vez al pueblo de Israel. 34 Luego Josué leyó todas las palabras de la ley, tanto las bendiciones como las maldiciones, según lo que estaba escrito en el libro de la ley. 35 En esta lectura que hizo Josué ante toda la asamblea de los israelitas, incluyendo a las mujeres, a los niños y a los inmigrantes, no se omitió ninguna palabra de lo ordenado por Moisés.
¿Por qué la versión judía cambia el nombre del monte donde
se erige el santuario? Para demostrar que el monte donde rinden culto a Dios
los samaritanos, el Garizim, NO es el que Dios eligió, y dejarlos en mal lugar.
Podríamos pensar que fueron los samaritanos quienes cambiaron el texto, pero
los estudios y hallazgos demuestran que es al revés: las versiones más antiguas
de la Torá afirman que el monte elegido fue el Garizim.
Éxodo 24
En este pasaje de difícil interpretación encontramos que la
lectura samaritana y la judía son tan diferentes que el significado del texto
cambia, y cambia incluso una parte de la historia de Moisés y su esposa,
Séfora.
Traducción Torá samaritana |
Traducción Texto masorético |
24 Y sucedió en una posada por el camino que Yahvé salió a
su encuentro para abatirlo. |
24 Y sucedió que por el camino, en la posada, Yahvé le
salió al encuentro para matarlo. |
25 Y Séfora tomó un pedernal y circuncidó su corazón
bloqueado [de ella], y se arrojó a sus pies. Y dijo: Ahora, de verdad,
eres mi esposo de sangre. |
25 Entonces Séfora tomó un pedernal y cortó el prepucio
de su hijo arrojándolo a sus pies; y dijo: Ciertamente, un esposo de
sangre para mí. |
26 Y él la dejó ir. Entonces ella dijo: Un esposo
de sangre, para ser circuncidado. |
26 Así que él lo dejó. Entonces ella dijo: Un
esposo de sangre por la circuncisión. |
Los textos originales, tanto el masorético como el
samaritano, son iguales. Pero ya sabemos que el hebreo en su origen no tenía
vocales. Y encontramos en este texto varias palabras que, según las vocales
sean unas u otras, varían de significado. Veámoslas.
La primera es el verbo amit: puede leerse aamito (abatirlo)
o hamito (matarlo). Según la Torá samaritana, Dios no quiere matar a
Moisés, sino golpearlo, dejarlo fuera de combate, para hacerle parar y ver algo
importante.
La segunda es la raíz del sustantivo BN: puede leerse binah
(corazón) o benah (hijo).
A continuación sigue un adjetivo, con raíz RL: puede leerse arel
(bloqueado, cerrado) o arila (la piel del prepucio). La expresión arel,
bloqueado, se relaciona también con los labios cerrados y el corazón ocluido
(Ex 6,12-30).
De manera que la Torá samaritana lee que Séfora se rasga con
un cuchillo de piedra su corazón bloqueado, mientras que el texto judío lee que
Séfora circuncida con un cuchillo el prepucio de su hijo. En el gesto de la
Torá samaritana, Séfora reconoce que su corazón está cerrado y no ha abrazado
la fe de su esposo, pese a convivir con él. Y esto enlaza bien con lo que
sigue.
En el verso 26, la otra variante: con las mismas
consonantes, se expresa algo distinto. La Torá samaritana lee: él (Moisés) la
dejó ir. Es decir, que la despidió para que volviera a casa de su padre con sus
hijos. En el texto masorético leemos: él (Dios) lo dejó, es decir, que dejó a
Moisés, perdonándole la vida.
Si seguimos leyendo el Éxodo, veremos que la versión
samaritana es más coherente. Moisés llega a Egipto solo, sin su mujer, y no se
reencontrará con ella sino más adelante, cuando ya en pleno itinerario por el
desierto, su suegro Jetró le salga al encuentro y le traiga a la esposa y a los
dos niños. Lo leemos en Éxodo 18, 1-7:
1 Todo lo que Dios había hecho por Moisés y por su pueblo Israel, y la manera como el SEÑOR había sacado a Israel de Egipto, llegó a oídos de Jetró, sacerdote de Madián y suegro de Moisés. 2 Cuando Moisés despidió a Séfora, su esposa, Jetró la recibió a ella 3 y a sus dos hijos. Uno de ellos se llamaba Gerson, porque dijo Moisés: «Soy un extranjero en tierra extraña»; 4 el otro se llamaba Eliezer, porque dijo: «El Dios de mi padre me ayudó y me salvó de la espada del faraón». 5 Jetró fue al desierto para ver a Moisés, que estaba acampando junto a la montaña de Dios. Lo acompañaban la esposa y los hijos de Moisés. 6 Jetró le había avisado: «Yo, tu suegro Jetró, voy a verte. Me acompañan tu esposa y tus dos hijos». 7 Moisés salió al encuentro de su suegro, se inclinó delante de él y lo besó. Después de intercambiar saludos y desearse lo mejor, entraron en la tienda de campaña (Éxodo 18, 1-7).
Números 12, 1
En Números 12, 1, el texto judío indica que Moisés tomó una segunda esposa cusita, o del país de Kush (Etiopía). Pero la palabra original, kashet, también puede tener diferente vocalización y, por tanto, diferente interpretación.
Traducción Torá samaritana |
Traducción texto masorético |
Y Mariam y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la hermosa
mujer con la que se había casado. Pues se había casado con una mujer hermosa. |
Y Miriam y Aaron hablaron contra Moisés a causa de la
mujer cusita con la que se había casado. Pues se había casado con una
mujer cusita. |
Onkelos, el famoso judío converso del siglo I, sobrino del
emperador romano Tito, sugiere que el verdadero significado aquí no es la
nacionalidad, cusita, sino que significa “hermosa”.
Otro erudito judío medieval, Rashi, sigue la tesis de
Onkelos y afirma que se juega con el doble significado: hermosa y cusita. Se
hacía para desviar la mala suerte, pues los antiguos creían que nombrar algo demasiado
bueno podía atraer el mal de ojo, de esta manera, se utilizaba una palabra
despectiva o negativa para “protegerse”.
El texto bíblico nunca habla de la muerte de Séfora. Y la tradición
samaritana afirma que Moisés tuvo una sola esposa, Séfora, y que esta era
hermosa, por lo cual causaba envidia y murmuraciones entre los israelitas. No
sólo porque había mantenido las prácticas religiosas de su tribu, sino porque
era una mujer muy bella.
Conclusiones
La Torá samaritana, junto con los rollos del Mar Muerto, es
un documento de primer orden para interpretar pasajes difíciles o ambiguos de
las sagradas escrituras. Su estudio y comparación con otros textos puede
resultar iluminador.
Si alguien está interesado, la versión inglesa de la Torá
samaritana está publicada por
Y disponible en Amazon.
Enlaces
Sharon Sullivan:
https://shomron0.tripod.com/articles/interviewsulivan.pdf
https://littlehouseinthebigworld.weebly.com/
Torá samaritana:
https://en.wikipedia.org/wiki/Samaritan_Pentateuch
Samaritan Pentateuch:
https://www.amazon.com/Samaritan-Pentateuch-Reader-Critical-Apparatus/dp/1916854559
En inglés (Eerdmans; First Edition (26 Abril 2013):
https://www.amazon.com/Israelite-Samaritan-Version-Torah-Translation/dp/0802865194
Online:
https://www.stepbible.org/version.jsp?version=SPE
Los modernos samaritanos: